La relación entre ansiedad y la memoria

Introducción

¿Alguna vez has tenido la sensación de que tu mente se queda en blanco justo cuando más necesitas recordar algo?

Tal vez olvidaste una palabra en medio de una reunión, perdiste el hilo de una conversación o no lograste concentrarte en una tarea sencilla.

Esto no siempre es falta de atención o memoria débil. Muchas veces, es la ansiedad la que interfiere con tu capacidad de recordar.

Cómo la ansiedad afecta la memoria

Cuando estás ansiosa, tu cerebro entra en “modo supervivencia”.

En lugar de enfocarse en almacenar o recuperar recuerdos, se centra en detectar posibles amenazas.

Esto activa la amígdala (la parte del cerebro que regula el miedo) y reduce la actividad en el hipocampo y la corteza prefrontal, que son esenciales para la memoria y la concentración.

En pocas palabras: la ansiedad roba recursos de tu mente y los destina a la alerta, no al recuerdo.

Señales de que tus olvidos pueden estar relacionados con la ansiedad

  • Lagunas mentales en situaciones de estrés (ejemplo: quedarte en blanco en una exposición).
  • Olvidos frecuentes de tareas simples cuando estás bajo presión.
  • Dificultad para concentrarte incluso en actividades que antes te resultaban fáciles.
  • Confusión temporal, como olvidar qué ibas a decir o hacer.
  • Recuerdos borrosos de momentos donde estabas muy ansiosa.

Ejemplos en la vida diaria

  • Estudiar para un examen durante días y bloquearte justo al responder.
  • Preparar un discurso y olvidar las primeras frases al estar frente al público.
  • Entrar a una habitación y no recordar qué ibas a buscar después de una discusión estresante.

Cómo reducir los olvidos relacionados con la ansiedad

  • Respira antes de actuar
    Dedicar 1-2 minutos a la respiración profunda ayuda a oxigenar el cerebro y bajar la tensión.
  • Organiza tu entorno
    Usa recordatorios, notas y alarmas para no depender únicamente de tu memoria.
  • Practica atención plena
    Mindfulness o ejercicios de grounding te ayudan a volver al presente.
  • Descansa lo suficiente
    El sueño es fundamental para consolidar recuerdos; la falta de descanso aumenta los olvidos.
  • Expresa tus emociones
    Hablar de lo que sientes reduce la carga mental y libera espacio para concentrarte.
  • Busca apoyo profesional
    Si los olvidos se vuelven frecuentes y limitantes, un especialista puede ayudarte a trabajar en la raíz de la ansiedad.

Cierre

Olvidar no siempre es sinónimo de descuido o pereza.

Muchas veces, es la forma en que la ansiedad interrumpe el flujo natural de tu memoria.

Reconocer esta conexión es el primer paso para tratarte con más compasión y encontrar estrategias que te devuelvan claridad mental.

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