El cuerpo agotado por la ansiedad

Introducción

La ansiedad no solo se siente en la mente: también se acumula en el cuerpo.

Ese cansancio que no se quita con dormir, esa sensación de llevar un peso encima… muchas veces es la forma en que tu cuerpo te grita que necesita un descanso verdadero.

No es flojera, no es falta de fuerza de voluntad: es el desgaste físico de vivir con un estado de alerta constante.

Cómo la ansiedad agota el cuerpo

Cuando tu cuerpo percibe peligro (real o imaginario), activa el modo supervivencia. Esto implica liberar hormonas como el cortisol y la adrenalina, acelerar el corazón y tensar los músculos.

Este mecanismo es útil a corto plazo, pero cuando la ansiedad se vuelve crónica:

  • Tu sistema nervioso no logra relajarse.
  • Tus músculos permanecen en tensión durante horas o días.
  • El gasto energético es mucho mayor que en un estado de calma.

Con el tiempo, este sobre esfuerzo pasa factura en forma de fatiga física y mental.

Señales de que tu cuerpo está agotado por la ansiedad

  • Sueño no reparador Duermes varias horas pero despiertas cansada, como si no hubieras descansado nada.
  • Dolores musculares constantes Rigidez en cuello, hombros, mandíbula o espalda baja.
  • Cansancio incluso en reposo Te sientes agotada aunque no hayas hecho esfuerzo físico importante.
  • Baja tolerancia al estrés Cualquier imprevisto te sobrepasa más de lo normal
  • Problemas de concentración La mente se siente “nublada” y cuesta enfocarse en tareas simples.
  • Mayor sensibilidad emocional Irritabilidad, llanto fácil o sensación de estar “a punto de explotar”.

Cómo darle a tu cuerpo un descanso real

1.Descanso profundo, no solo sueño Incluye momentos en tu día para simplemente estar, sin pantallas ni exigencias.

2.Respiración y relajación muscular
Ejercicios como la respiración diafragmática o el body scan ayudan a soltar tensión acumulada.

3.Movimiento suave y consciente
Yoga, estiramientos o caminar lentamente pueden ser más reparadores que el ejercicio intenso.

4.Desconexión mental programada
Dedica tiempo a actividades que disfrutes sin presión de resultados (dibujar, escuchar música, cuidar plantas).

5.Escucha activa a tu cuerpo
Si sientes señales de agotamiento, no las ignores: baja el ritmo antes de llegar al límite.

Cierre

La ansiedad puede hacer que ignores tus necesidades físicas en nombre de “ser fuerte” o “seguir adelante”.

Pero tu cuerpo no es una máquina: necesita pausas, cuidados y tiempo para recuperarse.

Darte un descanso real no es rendirte, es la forma más inteligente de recargar energías y seguir adelante con más equilibrio.

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