ansiedad de alto funcionamiento

Introducción

Sonríes, cumples, haces mil cosas a la vez.

Desde afuera pareces fuerte, eficiente, incluso admirable.

Pero por dentro estás agotada, en alerta constante, con la mente corriendo sin parar.

Tienes ansiedad, pero como “funcionas bien”, nadie lo nota. A veces, ni tú.

Este tipo de ansiedad es silenciosa, pero igual de real.

Se llama ansiedad de alto funcionamiento, y es más común de lo que parece.

¿Qué es la ansiedad de alto funcionamiento?

Es una forma de ansiedad en la que, a pesar del malestar interno, la persona mantiene un alto nivel de productividad y rendimiento.

Cumples con todo… pero a un costo muy alto.

No se manifiesta con crisis visibles, sino con autoexigencia extrema, miedo al error, necesidad de controlar todo y pensamientos constantes que no te dejan descansar.

¿Cómo se siente vivir con ansiedad de alto funcionamiento?

  • Te cuesta dormir porque tu mente nunca se apaga.
  • Te exiges más de la cuenta y te castigas si fallas.
  • Siempre estás “haciendo algo”, pero nunca sientes que es suficiente.
  • Evitas mostrar vulnerabilidad, porque sientes que debes ser fuerte.
  • Sientes culpa por descansar, como si no te lo merecieras.
  • Nadie lo nota… pero tú estás luchando por dentro.

Frases que suelen decir las personas con este tipo de ansiedad

  • “No me puedo permitir bajar la guardia.”
  • “Si no lo hago yo, no sale bien.”
  • “Estoy bien, solo un poco estresada.”
  • “No es para tanto.”
  • “Tengo que seguir, no hay tiempo para eso.”

La ansiedad se disfraza de responsabilidad, perfección, compromiso. Pero no deja de doler.

¿Por qué es tan difícil identificarla (y pedir ayuda)?

Porque estás acostumbrada a funcionar bien incluso cuando te sientes mal.

Porque crees que si paras, todo se viene abajo.

Porque has aprendido que “ser fuerte” es no mostrar lo que te pasa.

Porque el reconocimiento externo a veces refuerza la autoexigencia: “¡Qué juiciosa eres!”, “¡Siempre puedes con todo!”

Y mientras más te aplauden… más te cansas.

Cómo empezar a cuidar tu salud mental (incluso si nadie lo nota)

Reconoce que estar ocupada no es lo mismo que estar bien

Dejar de producir no te quita valor. Estar en pausa también es parte del equilibrio.

Practica micro-descansos

Pequeñas pausas de 5-10 minutos durante el día para reconectar contigo, sin pantallas, sin exigencias.

Habla de lo que sientes, aunque sea difícil

No tienes que romperte para pedir ayuda. Hablar antes también es cuidarte.

Escribe sin filtros

Un cuaderno, una nota en el celular, cualquier lugar donde puedas soltar lo que no puedes decir en voz alta.

Haz espacio para la incomodidad emocional

No tienes que solucionarlo todo ya. A veces, solo necesitas permitirte sentir sin resolver.

Cierre: No tienes que cargar con todo, todo el tiempo

Puedes ser fuerte y estar cansada.

Puedes estar en pie y sentir ansiedad.

Puedes seguir cumpliendo… pero también mereces descansar.

La ansiedad de alto funcionamiento no se nota, pero te desgasta.

Y no necesitas llegar al límite para darte permiso de parar.

Estar bien también incluye no estar bien a veces. Y está bien dejar de ser “la que siempre puede” para empezar a ser la que se cuida.

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